Diego Cifuentes, el reconocido fotógrafo de autor en América Latina, revela no solo su habilidad artística, sino también su profunda reflexión sobre su legado familiar y su visión única de la fotografía.
Su relación con su padre, Hugo Cifuentes, se presenta como un desafío inherente a seguir los pasos de un progenitor destacado en el mundo de la fotografía. Diego destaca la influencia fundamental de su madre en la obra de su padre y critica la falta de reconocimiento de su contribución. Esta reflexión revela la complejidad de las dinámicas familiares y la importancia de reconocer las múltiples influencias en la creación artística.
Diego se distancia de la perspectiva de su padre al abogar por un enfoque más activo del fotógrafo como protagonista y creador de la situación capturada. Su visión de la fotografía como un género literario, que requiere tanto poesía como narrativa, ofrece una perspectiva fresca y distintiva.
La liberación simbólica de la influencia paterna se convierte en un tema recurrente en la narrativa de Diego. La necesidad de desvincularse de figuras preeminentes en el arte ecuatoriano, como Guayasamín, refleja su deseo de avanzar y evolucionar en el panorama artístico.
El abordaje crítico de la fotografía en Ecuador, desde su auge en los años noventa hasta su percepción actual como cursi y empalagosa, subraya la evolución y las transformaciones en la escena artística del país. Su mención de la violencia como tema recurrente en sus primeros trabajos destaca la conexión entre su arte y su propia experiencia de vida.
La enfermedad de Diego, el síndrome de Guillain-Barré, emerge como un punto de inflexión que lo llevó a la fotografía, cambiando su perspectiva sobre la vida y dando forma a su obra inicialmente centrada en transmitir dolor.
La atracción de Diego por la autenticidad de las personas del pueblo popular contrasta con su crítica a la artificialidad de la clase media y la concepción parroquiana de la vida en Quito. Su formación en Sociología y Ciencias Políticas, así como su reconocimiento como líder latinoamericano del nuevo milenio por Time Magazine, revela la multidimensionalidad de su perspectiva y su impacto en ámbitos más allá de la fotografía.
Finalmente, su papel como editor del libro "Hugo Cifuentes Navarro" evidencia su compromiso con la preservación y la difusión del legado artístico de su padre. En conjunto, la narrativa de Diego Cifuentes ofrece una visión fascinante y compleja de su vida, su arte y su contribución al panorama cultural de América Latina.
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