EL LEGADO DE LINCH

 EL LEGADO DE LINCH

Dolores Ochoa se hizo un nombre en el mundo del fotoperiodismo cuando ganó el premio Símbolos de Libertad en 1997 con una foto titulada "Vandalismo en manifestaciones". Capturó el momento en que unos estudiantes en Quito descubrieron y atacaron a un policía encubierto durante una protesta. Esta imagen no solo muestra la tensión política en Ecuador, sino también cómo el fotoperiodismo puede captar conflictos sociales en tiempo real.

Uno de los momentos más impactantes para Ochoa fue en 2003, cuando cubrió un ajusticiamiento indígena en Guamaní, cerca de Quito. Fue una situación muy dura: mujeres acusadas de robo fueron castigadas públicamente y amenazadas con ser quemadas vivas mientras les echaban gasolina encima.

Durante esa cobertura, Ochoa se debatió entre su deber profesional de documentar los hechos y sus propios valores morales. A pesar de sentirse incómoda y perturbada por la brutalidad de la escena, siguió tomando fotos, consciente del poder de sus imágenes para mostrar realidades difíciles en su país.

El trabajo de Dolores Ochoa es notable no solo por su habilidad técnica, sino también por cómo enfrenta los dilemas éticos del fotoperiodismo. Sus fotos no solo capturan momentos críticos de la sociedad ecuatoriana, sino que también nos invitan a reflexionar sobre el papel del fotoperiodista como testigo y narrador de la historia contemporánea.

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