OLGA FISCH NEE ANHALZER



Olga Fisch née Anhalzer (1901-1990) fue una destacada artista, comerciante de arte y una ferviente defensora de la cultura. Nacida en Hungría, su vida estuvo llena de aventuras. Recorrió el mundo, explorando las selvas de América del Sur y viviendo en Marruecos, donde inició su primera colección de artesanías. A pesar de los riesgos de viajar en esa época, ya que los medios de transporte eran barcos, zepelines y otros medios no tan seguros, Olga encontró su verdadero hogar en Ecuador, en Quito, donde pasó la mayor parte de su vida.

En 1932, Olga se casó con su segundo esposo, Bela Fisch. Con el auge del nazismo en Alemania y el peligro que representaba para ellos su origen judío, decidieron abandonar Europa. En 1939, tras recorrer el Mediterráneo, América del Sur y África, se establecieron finalmente en Ecuador gracias a la invitación de un amigo cercano. En Quito, Olga comenzó a enseñar en la Escuela de Bellas Artes, donde hizo muchos amigos entre los estudiantes y profesores, sumergiéndose en la vibrante comunidad artística. Se enamoró del arte popular ecuatoriano y se dedicó profundamente a promoverlo.

En 1943, su impresionante colección de arte y artefactos culturales empezó a ganar reconocimiento internacional. Lincoln Kirstein, el director del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), viajó a Ecuador para ver su colección, lo que la puso en el mapa global. La ONU y el MoMA se convirtieron en sus primeros clientes importantes.

Olga dejó una marca indeleble en Ecuador, no solo con su arte, sino también con su incansable esfuerzo por promover y preservar la cultura ecuatoriana. Su legado sigue vivo, inspirando a artistas y coleccionistas en todo el mundo y resaltando la riqueza y diversidad del arte popular ecuatoriano.






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