LO QUE ALGUIEN NO QUIERE QUE SEPAS

 LO QUE ALGUIEN NO QUIERE QUE SEPAS

Martín Herrera recuerda los hechos con claridad. Aquella semana estaba asignado para cubrir la sección de Sucesos junto con el periodista Rafael Hernández. Salieron a las seis y media de la mañana, escuchando las frecuencias policiales en el escáner. Al principio, no había nada importante. Decidieron ir al mercado Pedro Pablo Gómez por unos problemas con la policía metropolitana, pero tampoco encontraron nada. De regreso cerca del Cementerio, escucharon la solicitud de ambulancias para la farmacia Fybeca en La Alborada. Estaban a unos diez minutos de distancia.

Cuando se acercaron, se toparon con un tráfico infernal de unas tres cuadras. Dejaron el auto y corrieron con su equipo hacia la farmacia. En el camino, se encontraron con tres chicas corriendo asustadas en dirección contraria. Les preguntaron qué pasaba y les dijeron que había un tiroteo y muertos en la Fybeca. Al llegar, vieron un auto blanco y dos personas tiradas en el suelo. Martín empezó a tomar fotos, pero no lo dejaron entrar debido al caos y la cantidad de cuerpos en el suelo.

Se quedó afuera haciendo más fotos. De repente, un policía lo apartó del lugar y lo llevó al centro de la vía. Allí cambió su lente a un teleobjetivo y vio a un hombre llevando a otro por la espalda por una calle peatonal junto a la farmacia. No pudo verles las caras porque el hombre cubría la cabeza con su camisa. Martín capturó una secuencia desde que salieron hasta que subieron a un jeep Pathfinder.

Un rato después, llegaron más periodistas y Martín apenas se daba cuenta de lo que había fotografiado. Un policía civil les indicó que hicieran fila para pasar. Esto le extrañó, ya que usualmente la policía no permite acceso tan fácil en situaciones así. Cuando le tocó entrar, notó que los vidrios estaban intactos y no se veía señal de un tiroteo reciente. Vio a un hombre boca abajo con las manos extendidas y una granada cerca.

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