FOTOGRAFIAR PARA LA HISTORIA

 FOTOGRAFIAR PARA LA HISTORIA

El libro explora cómo ha evolucionado el fotoperiodismo desde sus inicios en el siglo XIX hasta cómo se consolidó en el siglo XX, destacando lo importante que ha sido la tecnología en este proceso. Se habla de la protohistoria del fotoperiodismo, que va desde la invención del daguerrotipo en 1838 hasta cuando la fototipia se volvió popular en 1885, lo que permitió imprimir fotos en masa. Pioneros como Roger Fenton y Matthew Brady son reconocidos como los primeros reporteros gráficos, enfrentándose a desafíos parecidos a los de los fotoperiodistas modernos.

Una de las grandes diferencias entre los fotógrafos documentales del siglo XIX y los fotoperiodistas de hoy es la rapidez. Mientras que los primeros necesitaban un montón de tiempo y equipo para obtener y revelar una imagen, los modernos pueden capturar y publicar fotos en cuestión de minutos. Esto hace que los fotoperiodistas de hoy se enfoquen más en la noticia del día que en la trascendencia histórica.

El libro también cuenta la historia del fotoperiodismo en Ecuador, que empieza a fines de los años 1850. Uno de los personajes más destacados de esa época es Rafael Pérez Pinto, quien tomó fotos dramáticas del cadáver del presidente Gabriel García Moreno, asesinado en 1875. La historia detalla cómo Pérez Pinto, en medio de su rutina diaria, corrió para fotografiar el cuerpo del presidente en la Catedral de Quito, logrando una imagen que viviría para siempre.

Esta foto fue luego utilizada por el sacerdote jesuita Severo Gómez Jurado en su monumental biografía de Gabriel García Moreno, con el objetivo de apoyar su beatificación. Gómez Jurado usó la imagen de Pérez Pinto para mostrar la santidad del presidente, y en el centenario de su asesinato en 1975, recorrió escuelas católicas del país promoviendo su causa. En estas visitas, Gómez Jurado captaba la atención de los alumnos con un gesto teatral y solemne, pidiéndoles que repitieran las últimas palabras atribuidas al presidente: "Los enemigos de Dios y de la Patria podrán matarme, pero Dios no muere", antes de mostrarles la foto enmarcada.

En resumen, el libro ofrece una mirada profunda al desarrollo del fotoperiodismo, su impacto en la documentación de la historia y las figuras clave que contribuyeron a su evolución, tanto a nivel mundial como en Ecuador.

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